Consiste en el arte de realizar rutinas que son una mezcla original de baile haciendo énfasis en efectos visuales y secuencias creados para contagiar de entusiasmo a los espectadores durante las exhibiciones. Más que un deporte es un estilo de vida, ya que engloba actitudes y valores formativos como: lealtad, disciplina, liderazgo, trabajo en equipo, y unión, necesarios para formar un grupo verdadero de porristas.